REFLEXIÓN
En
el sistema de educación en México, existen muchas deficiencias en cuanto a los modos y maneras
en que se ha propuesto la enseñanza del lenguaje oral y escrito, ya que los
programas no cumplen con los propósitos que se persiguen en la escuela al leer
y escribir, ya que son diferentes de los que orientan a la lectura y a la
escritura.
Uno
de los problemas que se deben superar dentro del aula de clases por el profesor
es alimentar la mala práctica de permitir que los niños entiendan a la
escritura como un simple requisito para saber escribir y a la lectura como un
mecanismo únicamente para saber leer, ya que van más allá de eso pues implica
aspectos importantes en la formación de los alumnos que son indispensables
entiendan comprendan y aprendan.
Una
labor imprescindible que requiere realizar el profesor es lograr que en la
escritura del aula, se retome la importancia y el valor que representa para
constituirse en objeto de enseñanza lo cual le servirá al alumno en todo su
trayecto académico, pues este tiene relación intrínseca con todos y cada uno de
los campos de formación que el alumno requiere cursar para lograr las
competencias necesarias en cada nivel educativo, además de no sólo tener conocimiento sobre los temas impartidos sino
que el alumno cuente con lo más importante, la capacidad de aprender a aprender
y sea capaz de utilizar esos conocimientos en ámbitos distintos como el
académico, social, familiar, cultural etc.
Lo
ideal sería que el profesor guiará al alumno a lograr que conozca y reconozca
obras de autores, seleccione textos de su interés, reflexionar lo que se lee,
relacionarlo con aspectos de la realidad, encontrar su utilidad, encontrar su
utilidad, tener la capacidad de opinar, ser crítico, argumentar, recomendar,
formar posturas propias y ser productores de la lengua escrita.
Dicho
de lo anterior es menester mencionar que se vuelve una tarea complicada ya que
el profesor tiene que alinearse al “orden” en que están planteados los
contenidos y no conforme con ello, se ve en la obligación de ser partícipe del
sistema escolar, en el cual la fragmentación de los contenidos en tiempos
demasiado cortos se ha convertido en el modo habitual de trabajo para el
docente, orillándolo a impartir los contenidos en pedacitos de tiempo lo cual
lleva a trabajarlos de manera aislada en función de los considerado “fácil y
difícil”, por lo que prácticamente se destruye la lengua para ser enseñada.
En
cuanto al lenguaje oral es imprescindible que el alumno tome el gusto por la
lectura y ponga en práctica lo necesario para alcanzar lo fines, ya que de ello
dependerá en gran medida lo que el alumno pueda transmitir y expresar, por
ejemplo a modo de disertación, discurso, presentación de un tema o plática con
el propósito de transmitir un mensaje. Lo posible se da al diseñar proyectos
inspirados en la práctica social.
REFERENCIAS
Lerner,
D. (2001). Leer y escribir en la escuela: lo real, lo posible y lo necesario.
México. FCE.
Ferreiro,
E. (1999). Cultura escrita y educación. México. FCE.
Vídeo:
Leer y escribir en la escuela de la serie “Circulando por la BAM”.
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